Con 83 años a sus espaldas es uno de los, posiblemente, mejores directores de fondos del mundo, su astucia en los negocios, la visión a largo plazo y una inmisericorde tradición de ganar siempre, por aquello en lo que, apuesta, hacen de su persona un contrincante magnifico y muy temido en el mundo de los negocios.
Con una fortuna personal estimada de 17.600 millones de dólares, hacen de su persona una institución en el mundo financiero.
No es casual su patrimonio, la diversificación de sus inversiones va de Apple a Netflix.
Wall Street rinde homenaje a un inversor y filántropo excepcional, por la longevidad de su trabajo, el legado para las nuevas generaciones y sus inversiones desinteresadas en la universidad de Princeton para la investigación Genómica y en el Hospital Monte Sinai donde la escuela de medicina lleva su nombre.